El presidente ruso, Vladímir Putin, ha afirmado hoy que las sanciones de Occidente
contra Rusia persiguen frenar el desarrollo del país. "Les he dicho a los
empresarios que por ahora no se puede esperar el levantamiento de las
sanciones, porque se trata de un asunto político; es para algunos de nuestros
socios un asunto de interacción estratégica con Rusia, para contener nuestro
desarrollo", ha dicho Putin en su anual línea directa, un programa
de televisión en directo en el que el dirigente responde a las preguntas que
formulan los ciudadanos.
La devaluación
del rublo y las
sanciones económicas, así como el coste del pulso político que afronta el
Kremlin con Occidente por el conflicto
en Ucrania,
fueron los principales asuntos abordados por el presidente. Durante el
programa, Putin admitió que la crisis económica que atraviesa el país se debe,
además de a las sanciones impuestas por Occidente, a errores cometidos por el
Gobierno. El mandatario respondió durante tres horas y 55 minutos a preguntas
de ciudadanos que acusaban a su Ejecutivo de incompetencia, de exceso de burocracia
y que aludían a la corrupción del aparato estatal.
El exministro ruso de Finanzas, Alexéi Kudrin, pidió a
Putin la puesta en marcha de un nuevo modelo de desarrollo económico, reformas
radicales del sistema judicial y las estructuras administrativas. De lo
contrario, según apuntó Kudrin, Rusia puede caer en una crisis económica
imparable. El exministro criticó la gestión del Gobierno actual al recordar que
durante el primer mandato de Putin el crecimiento de Rusia fue del 7%, cuando
el precio del petróleo era de 30 dólares por barril. Kudrin puso de manifiesto
la gravedad de la situación al señalar que los pronósticos apuntan a que este
año el PIB ruso será de apenas el 1,5%, cuando los precios del crudo oscilan
entre los 60 y los 65 dólares por barril. "Esto es inferior al promedio
mundial, y el aporte de la economía rusa será cada vez menor. Entonces nos
faltará inversión para el desarrollo técnico, la modernización, y estaremos
rezagados ante el mundo. Desafortunadamente, esto también puede debilitar nuestra
capacidad defensiva", subrayó.
Según las preguntas hechas por la población, el veto
que Moscú impuso a los productos agrícolas europeos en respuesta a las
sanciones de Occidente perjudica fundamentalmente a la población y solo produce
ganancias a "funcionarios corruptos" y revendedores. "Ahora
compramos las mismas cosas que antes, pero a precios más altos. Las manzanas de
Polonia, en las mismas cajas, pero sin etiquetas", comentó una mujer en un
mensaje de texto remitido al presidente.
Obreros de la construcción que trabajan en la base
espacial de Vostochny denunciaron en directo que desde diciembre no reciben sus
sueldos a pesar de que el cosmódromo es un objetivo prioritario y que el
Gobierno ya entregó los recursos necesarios para su financiación.
Los ciudadanos preguntaron acerca del encarecimiento
del coste de vida, la congelación de salarios y otros problemas domésticos que
pusieron de manifiesto que el respaldo a Putin puede agotarse si el Kremlin no
emprende medidas para solucionar los problemas que afectan a la población.
Sobre la crisis en Ucrania, uno de los temas centrales
del programa, Putin dijo que el actual Gobierno en Kiev debe apostar
exclusivamente por la variante política y excluir cualquier posibilidad de una
salida militar al conflicto. "La única salida posible es el cumplimiento
de los acuerdos de Minsk, la reforma constitucional y la solución de los
problemas sociales y económicos en todo el país", dijo. El mandatario
subrayó que para Moscú lo más importante es que Ucrania respete los derechos e
intereses de aquellas personas que consideran que su idioma es el ruso y
sostienen vínculos inquebrantables con Rusia.
El presidente indicó que el estatuto definitivo de las
autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Luganks depende de "la voluntad de
la población que vive en esas regiones y la sabiduría política y flexibilidad
que demuestren las autoridades de Ucrania".
En materia de política exterior, Putin defendió el
derecho de Moscú a restablecer la venta de sistemas de defensa antiaérea S-300
a Irán porque, según dijo, la solución al problema relacionado con su programa
nuclear está muy cerca. "Irán ha demostrado mucha flexibilidad y voluntad
de alcanzar un acuerdo", afirmó el presidente al resaltar que los S-300
son elementos defensivos que no suponen ninguna amenaza a Israel. "En las
actuales circunstancias, especialmente tras los sucesos ocurridos en Yemen, la
venta de este tipo de armamento es un factor de contención", indicó.
Putin señaló que los aliados de Rusia son los países
miembros de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS, China, Kazajstán,
Kirguizistán, Tadyikistán y Uzbekistán), el grupo BRICS (Brasil, India, China y
Sudáfrica) y también subrayó que Moscú no tiene enemigos. "Somos un país
con un potencial de desarrollo enorme, muchos recursos naturales e
indudablemente una potencia nuclear. Por eso ser amigo o enemigo de Rusia tiene
el mismo mérito... aunque tampoco recomiendo que alguien se considere enemigo
de Rusia", resaltó.
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